Bouzas tiene un gran encanto y sigue viviendo mayoritariamente del mar, tanto de la construcción naval como de la pesca y de la actividad en sus muelles de carga, aunque actualmente también comienza a destacar su magnífica hostelería.
Resulta curioso que estos trajes de neopreno, conocidos como trajes de aguas y que sirven para que el pescador se proteja del frío de las aguas del mar, estén ahí, secándose colgados en el tendal. Pero todo tiene una explicación: al terminar la faena en el mar ha sido preciso remojarlos en agua dulce para limpiarlos de la sal marina, porque de no hacerlo terminarían deteriorados.