Lo malo de usar la imaginación popular es que muchas veces no se piensa en los efectos colaterales, caso de poner a secar unas zapatillas en el radiador del hospital (la foto corresponde al del Meixoeiro) porque después emanan los efluvios de la sudoración acumulada proveniente de las más de 250 mil glándulas sudoríparas que posee cada pie.
Así que lo mejor será no poner las zapatillas en el radiador del hospital.