Esta señal de circulación tenía sentido cuando se llevaron a cabo obras en la Avenida das Camelias, de la ciudad de Vigo. La señal advertía de un desvío obligatorio excepto para los autobuses y los taxis. Sin embargo, ya hace muchos meses que las obras han terminado y la señal sigue en pie, aunque algo deteriorada. Incluso resulta extraño que los amigos de lo ajeno no se la hayan llevado para hacer alguna gracia incívica o para aprovechar sus materiales.
Lo que ocurre con esta señal no constituye un hecho aislado, también ocurre con papeleras y con otros enseres públicos. El Concello debería vigilar estos bienes de propiedad pública pues, por muy humildes que puedan parecer, al fin y al cabo se han pagado con el dinero de todos los contribuyentes y lo lógico es que retornen a los almacenes municipales para otros servicios.