Por lo pronto, en esa casa lo han colocado en la ventana mirando hacia la calle. Suponemos que no tratan de amedrentar a nadie, porque el muñeco, precisamente, no tiene una imagen agradable, pero está claro que no produce ningún temor. Quizá, en todo caso, sea el propio muñeco el que necesite estar acompañado y por eso han colocado a su lado un monigote. Está claro que se trata de una casa donde vive gente alegre y con sentido del humor, algo que hace bastante falta en los tiempos que vivimos.