Se trata de una tarea de gran paciencia, detalle y perfeccionismo. Incluso hay personas que construyen sus propios moldes y funden ellos mismos la aleación de plomo, con toda la complejidad técnica que entraña ese proceso. Luego desmoldean las figuras, les eliminan las rebabas, y finalmente las pintan con unos pinceles minúsculos y con los colores propios de cada país y de cada ejército. El conjunto que muestra la fotografía se expone para la venta en el escaparate de un establecimiento de la Avenida de las Camelias, en Vigo, y llama la atención de numerosos paseantes que se detienen para admirar el trabajo minucioso realizado por un coleccionista y artesano de las miniaturas.