Los bares, las cafeterías y los pequeños hoteles del entorno han visto como sus negocios han ido recuperando en pocos días su nivel perdido durante los meses de la obra. Está claro que todo cambia. Sin embargo, no estaría de más conservar también la terminal de Guixar, no sólo como terminal de carga, sino también para algunas líneas de pasajeros, porque los precios de los billetes que se están ofertando en la actualidad en el tren de velocidad alta —la alta velocidad es algo diferente— no podrán mantenerse indefinidamente, porque no serían rentables a largo plazo. En cuanto los precios se adapten a la realidad, el público elegirá entre coste y velocidad según las posibilidades de cada persona, y esa puerta de Guixar también podría quedar abierta para quienes opten por los trenes convencionales, salvo , claro está, que decidan eliminarlos.