Y los vinos no se quedan al margen. Como consecuencia, bajará la producción de vino y los precios experimentarán un alza indeseada, todo ello en un momento en el que los vinos gallegos han conseguido abrirse un merecido hueco entre los mejores caldos de España e incluso del mundo. La suerte no acompaña al vino de esta cosecha, pero la naturaleza terminará equilibrándose y todo volverá a su cauce. Mientras tanto, hemos encontrado una máquina de sulfatar abandonada junto a un contenedor de basura. Quizá también por aquello tan gallego de: “para beber viño apúntase calquera, o carallo é para dar sulfato”.