Es frecuente observar la presencia de transeúntes que avanzan por el arcén, inconscientes del riesgo que constituye para su propia integridad y también para los demás. Y para muestra esta fotografía tomada en la Estrada Clara Campoamor -la bajada de la Universidad de Vigo hacia la ciudad-, por donde se circula a bastante velocidad a pesar de estar controlada con radares, y donde los accidentes son frecuentes.
Es evidente que no peden acotarse todos los trazados de las carreteras, y que no puede planificarse para ellas una vigilancia constante, pero existe -o debiera existir- lo que todos sabemos: el sentido común.