Tanto criticar a Galicia por la lluvia y la humedad y ahora resulta que Galicia se ha convertido en la envidia del resto de España, sobre todo en aquellas regiones en las que hace meses que no llueve y que corren el peligro de las restricciones y de tener que dosificar el consumo. Pero los temporales y las galernas no son nada nuevo, aunque ahora se les llame de otra manera e incluso se les bautice con nombres familiares.
Quienes peinan canas recuerdan cuando la ría de Vigo ya servía como puerto de abrigo para los tráficos marítimos, tanto amarrando en los muelles del puerto como al amparo de las islas Cíes o incluso en el medio de la ría. Como decimos, los temporales no son nada nuevo en Galicia, pero ahora, con los nombres, incluso parecen mucho más familiares.