Cualquiera puede encontrar con facilidad coches mal aparcados que obstruyen pasos de peatones; coches aparcados en las curvas de algunas glorietas de tal modo que dificultan las maniobras de los demás conductores; e incluso motos aparcadas en medio de las aceras dificultando el paso de los peatones. Sin contar con los ciclistas y skaters que circulan a imprudentes velocidades por las aceras sorteando los viandantes.
La situación llega a tales extremos que algunos coches -suponemos que las motos no tienen suficiente fuerza para hacerlo- se llevan por delante los bolardos existentes sin importar el grave daño que esta acción ocasiona al vehículo, tal como puede observarse en la fotografía. Una de dos, o el conductor no está en su sano juicio, quizá por motivos de alcohol o drogas, en cuyo caso habría que sancionarlo, o el conductor desconoce las normas básicas de circulación, algo que también sería punible.
La lista de despropósitos circulatorios tan grande que se hace necesaria y urgente una mayor vigilancia e incluso, si es necesario, incrementar las sanciones, sin que nadie tache esta última medida como una vía exclusivamente recaudatoria.