Los clientes de los bares llenan las terrazas y se refrescan con una cerveza. A media tarde emiten un importante partido de fútbol en la televisión y resulta que el bar no dispone de televisión en la terraza. Pero eso no es problema. Un cliente viene preparado con una tableta y luego de sintonizar la emisora correspondiente coloca el dispositivo sobre un barril, compartiéndolo, para que todos los presentes puedan disfrutar de la emoción de ese deporte tan popular y de sus jugadas, aunque sea en una pantalla diminuta.