Tenia un pequeño escaparate en la angosta entrada de un local igual de estrecho y profundo, y el establecimiento también ocupaba el entresuelo. En al actualidad el comercio permanece cerrado y pasa inadvertido ante la mirada de los peatones y de las personas que esperan pacientemente el autobús en la parada, frente a la farmacia del número cuarenta de la mencionada calle viguesa.