Estamos viviendo una tregua climatológica invernal y la imagen da buena cuenta de ello. Cualquiera podría decir que corresponde a una primavera adelantada, si no fuera porque todavía queda mucho invierno por delante. Sin embargo, no todas las cadenas de televisión nacionales recogen esta bonanza del tiempo en nuestro entorno. En efecto, salvo alguna excepción, parece como si Vigo estuviera relegada frente a otras poblaciones que sí están consideradas habitualmente en las noticias del tiempo. Esto recuerda, también, la marginación que muchas veces padece nuestra ciudad en diferentes aspectos, salvo en aquellos que no corresponden, precisamente, a una faceta amable y atrayente y que resultan negativos, y que son, curiosamente, los que sí se resaltan. Esa es, por lo menos, la sensación de una gran parte de la ciudadanía viguesa que observa, sorprendida, que la ciudad más poblada y más industrial de Galicia recibe un trato muy diferente frente a otras poblaciones de menor entidad. Quizá sea porque Vigo no tiene la categoría de provincia, o quizá sea porque estamos tan atareados con cuestiones cotidianas como el trabajo y la crisis que no tenemos tiempo de reclamar lo que en justicia le corresponde a esta ciudad donde vivimos. Por eso es tan importante que quienes gobiernen la ciudad de Vigo —-ahora y en el futuro—- sepan luchar por sus auténticos intereses, luego, los votos de las urnas ya vendrán como consecuencia de ese trabajo. Mientras tanto, disfrutemos de esta tregua invernal que tanto parece molestar a quienes pretenden tener a Vigo bajo un zapato.