Durante el día el agua fluye continuamente de un escalón al siguiente formando un conjunto de pequeñas cascadas de muy poca profundidad que resultan muy vistosas. Allí mismo, los niños juegan y se divierten con el agua, y cuando al final de la tarde se corta el suministro y el canal de acero inoxidable queda prácticamente seco, la imaginación infantil, que no tiene límites, les brinda otras posibilidades.
Así es, que con ese trineo deducimos que alguno de ellos se habrá imaginado en un “Freestyle” o en un “Free-ride” sobre la nieve que ya comienza a blanquear los montes más altos de Galicia y de la península Ibérica, o quizá se habrá imaginado mucho más lejos, subido a una embarcación deportiva y realizando un descenso en rafting por las aguas embravecidas del río Colorado, en Estados Unidos.