Es necesario que el Concello de Vigo actúe de un modo resolutivo en cuanto a las palomas y gaviotas. Algunas zonas de la ciudad están afectadas por estas aves que ensucian con sus excrementos las aceras, las ventanas, los balcones, las terrazas, los toldos de los comercios… Es una auténtica amenaza higiénica.
Además, las gaviotas, concretamente, han perdido el miedo y no dudan en arrebatar la comida incluso de las manos de los clientes de las terrazas de los establecimientos hosteleros. Es necesario un plan urgente de contención de estas poblaciones de aves, sin olvidar la prohibición de alimentarlas.
Existen viviendas en las que se las alimenta, porque resulta una imagen agradable el ver cómo se acercan a comer, sin embargo, al llegar determinadas horas del día, las palomas y las gaviotas -que recuerdan esos horarios- esperan sus raciones de comida haciendo un gran estruendo que resulta muy molesto, sobre todo en la madrugada.
Se da la circunstancia -real- de que algunos vecinos de pisos altos incluso arrojan comida en los tejados -en los propios y en los colindantes-, de tal modo que las gaviotas, sobre todo, terminan anidando allí, con las desagradables consecuencias que todo eso conlleva. Sin olvidar que esa alimentación también sirve para atraer a los roedores, que son todavía más desagradable y peligrosos. Está claro que el amor a las palomas y gaviotas debe tener unos límites razonables.