La fotografía da buena cuenta de ello y está tomada en una céntrica calle de la ciudad de Vigo, concretamente en la Gran Vía, donde hemos encontrado este árbol que parece tener incrustado un horrible monstruo.
Obsérvense los ojos saltones, la nariz deformada, igual que el resto de la cara, y la boca medio abierta y dispuesta a comerse lo primero que le venga en gana.
Es una imagen idónea para una pesadilla nocturna en una noche de invierno con alguna galerna como las de antes, eso mismo que ahora, en la modernidad de los nuevos tiempos, llaman ciclogénesis explosiva.