En muchos establecimientos hosteleros utilizan las figuras de búhos para ahuyentar a las palomas y, sobre todo, a las gaviotas, que se han convertido en una molesta e insalubre plaga urbana, como ratas voladoras que ya no temen a nada y hasta llegan a invadir nuestros espacios. Estas figuras las venden de varios tamaños e incluso articuladas. Lo que no es tan frecuente es ver ese tipo de imágenes en las ventanas y balcones, como es el caso de esta galería de un edificio ubicado frente a la estación del tren de Guixar, en la ciudad de Vigo. En este caso, el pequeño búho pasa inadvertido para la inmensa mayoría de los viandantes, seguramente presurosos para coger el tren o para llegar de nuevo a sus casas. Pero ahí está él, impasible y vigilante para que ningún otro pájaro se cuele por la ventana.