Las calles de la ciudad de Vigo van transformándose para hacerlas más humanas y la Gran Vía no es una excepción. Se trata de una de las calles más largas de la ciudad y durante décadas fue conocida como Gran Vía del Generalísimo, en honor a Francisco Franco, que la inauguró en 1945 recorriéndola brevemente en coche y sin poner un pie en el suelo. La calle dispone en su parte central de un bulevar con árboles, zonas ajardinadas, fuentes —-en desuso—- y asientos de piedra.
Sin embargo, a pesar de su agradable apariencia, pocas personas disfrutan directamente del bulevar, únicamente lo utilizan para pasear perros y para cruzarlo en determinados puntos donde hay pasos de peatones. Podría decirse que el bulevar sólo justifica su presencia para dar una mayor dimensión al ancho de la vía y para el disfrute visual.
El tramo que iba desde la Praza de España hasta la Rúa Urzaiz ya ha desaparecido para dar paso a las rampas mecánicas, mucho menos románticas, pero más prácticas. Por su parte, el tramo que discurre hasta As Travesas todavía se mantiene, pero es de prever que no tardará muchos años en caer bajo la piqueta cuando el Concello decida extender las rampas mecánicas hacia ese otro extremo de la ciudad. Cuando eso ocurra, estas imágenes quedarán para el recuerdo.