Ya ha quedado en el recuerdo la estampa de aquel tramo de la calle Urzaiz con estrechas aceras y lleno de tráfico, con un ambiente gris y ruidoso, e incluso triste. Hace unos años, esta vía principal, que va desde la Avenida Ramón Nieto hasta el cruce de la Avenida Alcalde Gregorio Espino, ha sido transformada en peatonal. Ahora, no sólo los propios vecinos, sino también numerosos vigueses de diferentes zonas, pasean por esa calle que sigue llena de pequeños comercios de todo tipo que han sobrevivido a los embates de las grandes áreas comerciales. Y todo ello se ha conseguido gracias a una muy acertada gestión municipal, que ha realizado las transformaciones urbanísticas necesarias, y al propio esfuerzo vecinal, que ha contribuido a la conservación y mejora del Calvario de siempre, llenándolo de vida.