De vez en cuando conviene recordar algunos de los logros indiscutibles del equipo de gobierno municipal de Abel Caballero.
Esta fotografía, tomada hace años, muestra uno de los embudos que existían en una zona céntrica de la ciudad de Vigo, una pequeña calle que conectaba la Rúa Menéndez Pelayo con el cruce de Peniche, constituido por las calles Tomás Alonso, Pi i Margall y López Mora. En una de esas pequeñas casas existía un fielato, una especie de frontera que controlaba la entrada de productos prohibidos en el núcleo urbano, lo que se llamaba estraperlo, y que estuvo operativa hasta finales de los años cincuenta del pasado siglo XX. En aquella época la ciudad de Vigo terminaba prácticamente en Peniche, y luego, más allá, estaba el barrio de As Traviesas, por eso, quienes vivían en esta zona que hoy es tan populosa decían aquello de “voy a Vigo”, cuando hoy se dice “voy al centro”. Pero todo eso ha quedado para la historia y el incómodo estrechamiento que ahora comentamos ha quedado abierto con una magnífica y preciosa plaza diseñada por Antón Pulido, el pintor gallego de mayor proyección internacional, una plaza llamada “Praza das apertas” que resulta un lujo artístico en medio de la ciudad de Vigo.