Se trata de un gato de piel negra y brillante que se oculta entre los hierbajos para observar, con el acostumbrado sigilo que caracteriza a los felinos, alguna pieza a la que dar caza. El tiempo seco y soleado le acompaña en la difícil tarea de buscarse el sustento, en un medio urbano que se muestra agresivo con los animales callejeros y, mucho más, con los gatos, que se reproducen a un ritmo preocupante, pero que realizan una labor importante y casi nunca valorada, de mantener las fincas y los solares limpios de ratas y alimañas.