Los perros, los gatos e incluso los pájaros no son jugetes, por contra, son seres vivos, con sus propios sentimientos. La pareja que aparece en la fotografía acostumbra a pasear con su gato sobre el hombro como uno más de la familia. Lo llevan a todas partes para que observe la vida desde el hombro, desde su atalaya. La chica se llama Alexa y él se llama Kuko. A su gato le llaman Txepi y forma parte de su vida. Ambos disfrutan de su compañía y de su afecto desinteresado, algo que muchas personas no llegan a comprender porque nunca han tenido un animal de compañía. Todo un ejemplo.