Pero sólo es una vaga evocación del título de este pequeño comentario en comparación con una destacada obra de la literatura. En realidad es un solo hombre navegando en una pequeña barca, y no por un río, sino por la ría de Vigo, frente a las paradisíacas Islas Cíes. La barca resulta minúscula frente a la rocosa mole que emerge de las aguas con un faro en lo alto. Sin embargo, el hombre no se amedranta ante la inmensidad que le rodea y sigue remando rumbo al puerto, donde luego contará la aventura de la travesía.