Cada vez hay más respeto por los perros, aunque todavía nos queda la adaptación de las leyes a los nuevos tiempos y a los dictámenes de la razón de los seres civilizados -si realmente nos consideramos como tales-, para protegerlos del maltrato al que son sometidos en más ocasiones de las que podemos imaginar, entendiendo como maltrato la violencia de todo tipo e incluso la reclusión forzada y continuada que los priva de la libertad a la que todo ser vivo tiene derecho. Y sirva como ejemplo este pequeño cachorro que su dueña pasea con cuidado en la cesta de la bicicleta para llevarlo, seguramente, a algún rincón donde el perro gozará de esa libertad que le corresponde.