El monte de A Guía, en la ciudad de Vigo, constituye un punto de referencia para los navegantes. El origen de esta utilidad se pierde en la memoria de los tiempos, cuando las mujeres de los marineros encendían hogueras en lo alto para servír de orientación. En la cumbre de ese monte de algo más de 125 metros de altura existe una pequeña ermita cuya construcción se remonta a 1951 y cuyo proyecto corresponde al arquitecto Gómez Román. Existe, además, un mirador con excelentes vistas de la ciudad de Vigo, de una parte de la península de O Morrazo, y de la propia ría de Vigo, incluyendo la rada de Rande. El monte de A Guía es una visita muy agradable —y obligada— para nativos y foráneos. Hace unos días, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, acaba de anunciar la próxima colocación de una gran imagen del Sagrado Corazón de Jesús sobre el campanario de la ermita. La estatua, de cinco metros de altura, y que está siendo realizada por la escuela de canteros de Poio, dependiente de la Deputación de Pontevedra, culminará la totalidad del proyecto del arquitecto Gómez Román, que, en su día, por falta de presupuesto, no puedo realizar este último detalle. Sin duda, esa estatua enriquecerá el patrimonio de la ciudad de Vigo y servirá de referente.
En mi opinión, tampoco debiera descartarse la construcción de un teleférico entre el monte de A Guía y el monte de A Madroa, donde también existe un mirador cuyas vistas son espectaculares. Ese teleférico entre A Guía y A Madroa, e incluso otro desde el puerto hasta el monte de O Castro, serían unos recursos añadidos para una ciudad en la que los atractivos turísticos ayudarían a dinamizar este sector tan afectado por la pandemia del Covid19, cuya recuperación será mucho más lenta de lo esperado.