La imagen resulta muy llamativa porque se trata de un coche eléctrico detenido ante los surtidores de una gasolinera de bajo coste, en la ciudad de Vigo. Se trata de un vehículo de la marca de coches eléctricos más prestigiosa y ansiada del mercado. Todo esto parecía una incongruencia, sin embargo, la escena tenía una explicación lógica y muy sencilla. Cuando el propietario detuvo el vehículo, ante la expectación general, nos acercamos y le preguntamos cómo iba a repostar combustible fósil si aquel era un coche eléctrico puro. Y lo explicó brevemente. Abrió el maletero y puso al descubierto un gran recipiente de plástico para llenarlo de gasolina, para después llevarlo a su barco. Vaya susto.