Esto era algo que ocurría hasta mediados del siglo. Pero con el crecimiento urbano, La Florida quedó absorbida por las calles y los edificios, engullida por el asfalto. Hasta 1968 el tranvía siguió llegando y pasando por la estación, que estuvo en pie hasta su completa desaparición años más tarde, cuando ya sólo era un cementerio de tranvías abandonados. Muchos ciudadanos recuerdan aquella estación del tranvía, que era un lugar de esparcimiento, con un estanque en el que había una casa para los patos igual que la propia estación y construida a pequeña escala, y una mona que era una atracción para pequeños y grandes. Aquella Florida de antaño era un lugar tranquilo con numerosa fincas de las que aún quedan algunas casas como la que se muestra en la fotografía, construida, según consta en su fachada, en el año 1945.