A finales del siglo XX se unen a éstos Benigno Barreras y Antonio y Rodolfo Alonso Santodomingo. Estas primeras conserveras son de pequeño tamaño y apenas disponen de maquinaria.
En el caso de Antonio Alonso, las Actas Municipales del Ayuntamiento de Vigo señalan “que vista la instancia que a nombre de D. Antonio Alonso Santodomingo y D. Benito Alvela Alvarez, en solicitud que le sean reconocidas las buenas condiciones de la fábrica de conservas que han establecido y se les autorice para explotar dicha industria, al mismo tiempo se toma el acuerdo de que la comisión de policía e higiene reconozca la nueva fábrica e informe sobre ésta”.
Antonio Alonso Santodomingo
Aunque algunas fuentes hablan de Baiona, Antonio Alonso Santodomingo nació en Vigo, según documentos municipales, el 23 de marzo de 1844.
Al llegar a la adolescencia coge la maleta y se va a probar suerte a América al igual que otros jóvenes de su edad eligiendo Cuba. Allí se dedica al comercio textil y conoce a su futura mujer, Eloísa Jiménez Cuenca, hija de militar de alto rango con la que tendría seis hijos, dos en Cuba y los otros cuatro en Vigo. Después de veinte años se hace con un pequeño capital y decide volver a nuestra ciudad, si bien mantiene algunas propiedades en la isla.
En Vigo, Antonio Alonso adquiere cuatro casas en el barrio del Areal y piensa en qué invertir el resto de su capital. Su primo Rodolfo tiene en la misma zona una pequeña industria conservera y Antonio decide que sería una buena idea sumarse a los industriales de la conserva en Vigo.
Para ello en 1860 construye una sencilla edificación en el mismo barrio del Areal. En ella había una caldera y una máquina de vapor y un horno para tostar la sardina. Al comienzo Antonio Alonso se asociará con Benito Albela y poco después lo hará en solitario. En 1873 se constituye la nueva sociedad y Antonio Alonso Santodomingo comenzará su aventura empresarial en solitario.
Familia Alonso, en 1902.
Los comienzos no son fáciles y vende su producción a marcas francesas al igual que su competencia. No hay que olvidar que en los comienzos, las conserveras gallegas trabajan como sucursales de las industrias de Nantes, en las que los franceses aportaban la parte técnica, el personal cualificado y la comercialización, por lo que la producción va toda a los grandes mayoristas franceses como marca blanca. En ocasiones estas conservas, fundamentalmente sardina, vuelven importadas a mercados como el madrileño sin saber que era un producto elaborado en las costas gallegas.
Pero algunos de nuestros industriales se dan cuenta que deben eliminar ese yugo que les ata a los vecinos del norte y comienzan a sondear el mercado para encontrar clientela propia. Lo más fácil es buscar en países que hablen nuestro idioma, por eso los primeros clientes importantes los encuentran en mercados de la América española como como Méjico en Norte América, Cuba y Puerto Rico en el Caribe y Uruguay y Argentina en Sudamérica. La marca de la empresa será Palais d’Orient, que años más tarde seria castellanizada convirtiéndose en Palacio de Oriente.
La voluntad exportadora fue una ventaja competitiva de la firma Antonio Alonso frente a otras marcas y es una seña propia, que se ha mantenido a lo largo de la historia de la empresa.
A finales de siglo los negocios marchan bien para Antonio Alonso pero el industrial cree que es conveniente diversificar y no hacer depender todo su patrimonio de la conservera. Por esta causa decide adquirir dos buques de pesca a vapor en 1892 y 1893, el «San Antonio» y el «Santo Domingo», que dedicará a la pesca del besugo.
Escasez de hojalata
En estos años de finales del siglo XIX los conserveros tienen un grave problema, necesitan hojalata para sus envases y el Gobierno de la nación no concede los cupos que la industria necesita, hasta tal punto que en 1890 algunas fábricas deben detener su producción por falta de materia prima. El 9 de abril de ese año, los vigueses se echan a la calle para protestar ante semejante injusticia.
La campaña en pro de que el Gobierno abra los cupos de las exportaciones surge en la fábrica de Antonio Alonso Santodomingo, que junto con el resto de industriales vigueses exigen que se atiendan sus reclamaciones, en cuanto a la hojalata, al estaño y al aceite.
Antonio Alonso ante este grave problema optará por dar un paso adelante, y al saber que en Vizcaya un grupo de industriales piensan en crear una sociedad dedicada a la fabricación de hojalata en Basauri, en plena ria bilbaína, decide sumarse al proyecto.
La sociedad será conocida como La Basconia y Antonio Alonso suscribe 100 acciones de la misma. Tambien participan otros conserveros gallegos como Manuel Goday de la Isla de Arosa y Félix Garcia Somoza de Noya. Los tres industriales serán los distribuidores del producto para sus zonas de influencia. Antonio Alonso irá aumentando su participación en el capital de la sociedad hasta que en 1903 le permite ingresar en el consejo de adminis-tración. Otra decisión importante fue la de crear una sociedad junto con otros industriales de la ciudad para la litografia de las latas de conservas, La Metalúrgica.
Con el cambio de siglo la peseta se devalúa aumentando las exportaciones y mejorando la cuenta de resultados de la empresa. Antonio Alonso decide que necesita crecer mediante dos estrategias, la construcción de una nueva fábrica y aumentando la mecanización del procesamiento del pescado.
Nueva fábrica
Muchas de las fábricas de conservas de finales del XIX y comienzos del siglo XX estaban ubicadas en el barrio del Arenal en los bajos de las viviendas o en cobertizos de construcción sencilla. Pero Antonio Alonso está decidido a romper con esta tendencia y quiere para su nueva fábrica algo distinto.
La factoría de Antonio Alonso va a ser una muestra importante de la arquitectura modernista en nuestra ciudad. El proyecto será del arquitecto Jenaro de la fuente y Domínguez y el solar estará situado en la calle de la Barxa (hoy Serafín Avendaño).
Según nos cuenta Jaime Garrido en su obra “Vigo, la ciudad que se perdió”: Se observa una fachada de 70 metros construida en piedra con recercados de los vanos, zócalo, cornisas, remates y elementos decorativos de sillería labrada. Los entrepaños eran de mampostería revestida y pintada de blanco para resaltar los elementos definidores de granito labrado. La composición de fachada se basa en ventanas altas divididas por la mitad con sillería de granito, para proporcionarle una mejor estabilidad, fijar la división de las dos plantas interiores y reducir las dimensiones de la carpintería. En los paños intermedios se cuelgan cintas de piedra de la cornisa, y el cuerpo central y latera-les de la primera ampliación se enmarcan entre pilastras almohadilladas.
En la segunda ampliación de José Franco Montes, se mantienen algunos elementos decorativos de la primera (zócalo, remates, cintas de los vanos) si bien las ventanas se anchean y se dividen verticalmente en tres tramos y horizontalmente en dos; son de sillería quizá para reducir las dimensiones del hueco acristalado. Esta es una de las muestras donde Jenaro de la Fuente adopta con más intensidad el lenguaje modernista, empleando una decoración que nos recuerda la influencia de la Secesión vienesa, acompañada de connotaciones barrocas.
Descarga de atún en Setúbal (Portugal).
Antonio Alonso además de conseguir una planta estéticamente impecable, va a contar con la ultima tecnología en cuanto a fabricación y cierre de envases, gracias a la adquisición de las maquinas sertidoras Evers, las primeras máquinas que cierran la lata sin necesidad de soldadura. La fábrica tambien contará con máquinas embutidoras mecánicas para su taller de vacío.
Escasez de sardina
A finales de la primera década del nuevo siglo se produce una importante escasez de sardina y Mauro Alonso, el hijo de Antonio debe afrontar el problema y decide irse a Ayamonte en la costa onubense para buscar una solución.
En la localidad sureña Mauro Alonso organiza la compra de sardina y establece una pequeña fábrica que la envasará en grandes latas que serán enviadas a la planta de Vigo donde se introducirán en los envases definitivos. Esta misma estrategia fue la utilizada por los conserveros franceses cuando llegaron a Galicia.
Mauro Alonso Jiménez-Cuenca
La primera guerra mundial va a ser una oportunidad para los conserveros vigueses, gracias a que España va a tener estatus de país neutral, como hemos dicho anteriormente.
Fábrica de Setúbal (1940).
La firma Antonio Alonso va a ser uno de los grandes proveedores de alimentación de los países del bando aliado, gracias al establecimiento de una oficina de ventas en la localidad francesa de Burdeos, que más tarde trasladarán a Niza, para no estar en la demarcación de la Francia ocupada y pasar a la Francia “libre” cuya capital era Vichy.
El fundador de la empresa Antonio Alonso Santodomingo fallecerá el 10 de febrero de 1917. La viuda Eloísa Jiménez Cuenca y sus hijos van a constituir una nueva razón social, la Sociedad Regular Colectiva Antonio Alonso, Hijos. El gerente de la misma será Mauro Alonso Jiménez-Cuenca.
Mauro Alonso ahora al frente de la empresa, había cursado sus estudios de derecho en Deusto y completado su formación en Inglaterra. Mauro fue directivo de la Cámara de Comercio, presidente del Círculo Mercantil e Industrial y entre 1927 y 1929 fue alcalde de nuestra ciudad y diputado provincial durante la dictadura del General Primo de Rivera.
Visita del Rey Alfonso XIII en 1927.
Durante su mandato municipal diremos que inició los trámites para la cesión de los castillos del Castro y San Sebastián a la ciudad, fue el anfitrión de la visita del rey Alfonso XIII a Vigo, consiguió el primer instituto de enseñanza media y siempre fue un alcalde procupado por cuadrar el presupuesto municipal.
Rodrigo Alonso, hermano de Mauro, va a colaborar en la gestión de la empresa y en la parte comercial de la misma.
Crecimiento de la empresa
La nueva generación de la familia Alonso va a originar una gran época para la empresa estableciendo un plan de crecimiento de la misma a través de dos estrategias, la ampliación de la fábrica y la creación de nuevas plantas como serán las de Bueu, Celeiro y Setúbal. La fábrica de la Barxa va a sufrir una nueva ampliación y se va a establecer un gran taller que va a fabricar maquinaria para la propia planta y para otras firmas conserveras.
Tiempo atrás Mauro Alonso y Eugenio Fadrique, gerente de La Artística, habían llegado a un acuerdo para crear la sociedad conjunta Talleres Mecánicos Alonarti, para la fabricación de maquinaria de envasado de conservas. Pero este acuerdo se rompe pronto y la firma Alonso lo establecerá por su cuenta. Sin embargo los Alonso y los Fadrique a pesar de este desencuentro, siempre mantendrán una buena relación.
En cuanto a las nuevas fábricas la firma va a adquirir la fábrica de salazón de Pescadoira en Bueu, propiedad de Juan Tapias, convirtiéndola en una nueva planta conservera.
Setúbal era al principio de los años 20 el principal centro conservero portugués. Otras firmas tambien se establecerían allí como Gándara y Haz y Hermanos López Valeiras. La conservera Antonio Alonso lo hará en 1924.
Celeiro va a ser un caso parecido a Setúbal pero en lugar de sardina será para proveerse de atún, bonito y bocarte. Las Conserveras Ribas y Albo harán lo propio. Mauro Alonso hará en el caso de Celeiro una apuesta clara por las conservas de bonito que hasta ese momento no había merecido la atención de los conserveros.
La firma Antonio Alonso, Hijos, a través del establecimiento de nuevas fábricas, se convierte en esta década de 1920 en una de las cuatro grandes conserveras españolas con Massó, Albo y Curbera. En la década siguiente España va a pasar por el trance de la guerra civil y la empresa deberá trabajar a pleno rendimiento aumentando su producción y sus beneficios. En 1935 había fallecido la viuda Eloísa Jiménez Cuenca y ahora debían afrontar cambios en la sociedad.
División de la empresa
En ese momento se produce una circunstancia que marcará definitivamente el rumbo de la empresa, debido a la divergencia entre Mauro y Rodrigo Alonso, lo que provocará la división de la empresa en 1940.
Mauro, por una parte, se quedará con una gran parte de la fábrica viguesa y con las marcas comerciales Conservas Alonso, Conservas Antonio Alonso y Antonio Alonso, hijos. El resto de los hermanos, Rodrigo, Antonio y Salvador, con la parte de la fábrica que contenía los distintos talleres, las tres fábricas no viguesas y las marcas Palacio de Oriente, Albatros, La Corrida y Arosa. Estos tres hermanos constituirán la sociedad Conservas Antonio Alonso.
Mauro Alonso fallecerá en 1965 y dos de sus hijos, Alejandro y Quintín formarán una nueva sociedad con miembros de las familias Kaifer, De la Gándara y Dotras que cerrará en 1975.
La firma Conservas Antonio Alonso tendrá una vida mucho más fructífera, ya que durante la II Guerra Mundial va a ejercer su poder de exportación a los paises del Eje desde las fábricas gallegas y a los países aliados desde la planta de Setúbal.
En Vigo la firma se había quedado sin fábrica, por lo que seguirán fabricando en una planta comprada a la familia Alonso Lamberti en 1941, en tanto no construyan una nueva. Durante esta década la empresa seguirá obteniendo beneficios, a través de las exportaciones que suponían más de un 30% del total de ventas y de ventas al resto de España, gracias a una magnífica red comercial haciendo hincapié en los grandes núcleos de población españoles.
De las tres ramas comerciales de los tres hermanos sería la de Antonio, casado con Elisa Meléndez, la que seguirá al frente de la sociedad, ya que será su hijo Guillermo Alonso Meléndez el que dirigirá la empresa representando a la tercera generación.
En 1961 se establece en Vigo la empresa francesa Carnaud mediante la sociedad Carnaud Galicia, S.A., que se dedicará a la fabricación de envases, lo que permitirá a los conserveros que se integraron en la sociedad eliminar los talleres de vacío de sus fábricas. En la sociedad estaban todas las grandes firmas y como no, Conservas Antonio Alonso.
Otra iniciativa conjunta de los conserveros va a fraguar en 1965 en la sociedad Fabricantes de Conservas Reunidos (Facore) que va a servir para centralizar las compras de productos como el aceite o el atún.
Nueva transición familiar
En 1965 fallece Rodrigo Alonso Jiménez-Cuenca y poco después Antonio y Guillermo Alonso Meléndez, por lo que se necesita savia joven en la dirección de la empresa. En estos años 60 las fábricas de Guixar, Bueu y Celeiro tenían unos parámetros bajos en cuanto a su productividad y se habían quedado anticuadas. La planta de Setúbal mantenía una producción aceptable, siendo destinada la misma en una buena parte al mercado venezolano.
En 1964, el bolívar es devaluado por lo que las exportaciones al pais caribeño se hacen más complicadas. Debido a esa devaluación Conservas Antonio Alonso establece un acuerdo con la firma venezolana Productos del Mar, cediendo la marca Palacio de Oriente a cambio de un royalty.
En Portugal también sucede lo mismo con el grupo Cofaco, propietario de la marca Bom Petisco, y con la empresa Pesca de Aveiro, que capturaba anualmente una cantidad importante de atún blanco, para constituir la sociedad Conserveros Reunidos (Coresa) para la distribución de los productos de las tres empresas.
Es en 1969 cuando se hace cargo de la dirección de la empresa Guillermo Alonso Jaúdenes, hijo de Guillermo Alonso Meléndez, debido a la muerte prematura de éste.
Guillermo Alonso habia cursado estudios de derecho en Madrid y se encontraba trabajando en la empresa Pesquera Industrial Gallega S.A., presidida por José Barreras Puente. Ahora se encontraba al frente de Conservas Antonio Alonso y tenía delante una difícil papeleta, ya que salvo la planta portuguesa, las otras tres Guixar, Bueu y Celeiro, tenían una baja productividad.
Guillemo Alonso tiene que tomar medidas drásticas para salir de la difícil coyuntura y reestructurar la empresa. La primera medida sería la de cerrar la planta de Guixar en 1971. La fábrica de Celeiro se especializará en la fabricación de túnidos, sobre todo bonito y albacora, mientras la de Bueu envasará el resto de especies. Las oficinas centrales se establecen en Vigo.
Guillermo Alonso Jaúdenes.
Las medidas tomadas van a dar resultado ya que la producción entre 1971 y 1982 va a aumentar un 50% y las exportaciones que se situaban en un 2% se van a cuadruplicar, con un gran aumento en países como Suiza o EE.UU. Tanto en el sector del pescado como en moluscos, la empresa opta por comprar a empresas especializadas directamente o a través de Facore.
En 1977, la empresa pasará de ser sociedad limitada a sociedad anónima, ocupando los puestos de dirección Jorge Alonso La Rosa y Guillermo Alonso Jaúdenes, miembros de la cuarta generación. En 1992 se procede a una profunda modernización de las líneas de mejillón, cefalópodos, túnidos y del proceso de embalaje.
Se cierra la planta de Bueu pero se construye una nueva en el polígono de Castiñeiras de la misma localidad, por lo que con la de Celeiro, serán las dos plantas operativas de la empresa. Los almacenes que poseía en Vigo serán trasladados también a la nueva planta de Bueu, mientras las oficinas centrales se mantienen en la ciudad olívica.
Guillermo Alonso Jaúdenes fallecería en mayo de 2014 de forma repentina, lo que supuso una gran consternación en el mundo empresarial vigués. La empresa en la actualidad está dirigida por Iván Alonso-Jáudenes Curbera.
La empresa hoy
La empresa Conservas Antonio Alonso tiene una gran presencia en Asturias, Galicia, Castilla-León, Levante, Canarias y ganando cuota de mercado en el resto de España. La marca se encuentra en las principales cadenas de super e hipermercados y tiendas de alimentación de alta gama.
En cuanto al mercado exterior la marca está bien posicionada en países europeos como Portugal, Francia, Bélgica, Suiza, Inglaterra, Austria, en paises americanos como EE.UU., Puerto Rico, Méjico, Costa Rica, Perú y en el lejano oriente en el pais nipón.
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