Las personas que vivieron en el entorno de lo que hoy es la Rúa Rosalía de Castro, de la ciudad de Vigo, donde en los años cincuenta, sesenta, setenta y ochenta del pasado siglo XX había fincas, almacenes e incluso un taller de reparación y alquiler de bicicletas, desconocían que bajo sus pies había una auténtica joya arqueológica: una salina romana perfectamente conservada.
Se trata de una maravilla puesto que se considera la única salina de la época romana que se conserva y que funcionaba por evaporación solar —-por el calor del sol—-. El conjunto tiene unos dos mil años de antigüedad y estuvo bajo tierra hasta el año 1998, que fue cuando comenzó la construcción del centro de salud que actualmente está en la superficie. Como quiera que su estado de conservación era singular, se decidió musealizarlas modificando el proyecto constructivo para crear lo que se denominó Centro Arqueolóxico Salinae, dependiente del Museo del Mar de Galicia, en Alcabre, y cuya entrada se muestra en la fotografía. Una visita muy recomendada.