La gigantesca marquesina de la Praza de América, en Vigo, ha sido un acierto. La estructura acristalada no sólo resulta útil para la espera del autobús, sino también para el descanso de muchas personas mayores que la utilizan para pasar el rato observando el bullicio de la plaza.
Hace poco le han añadido unos paneles laterales para evitar la influencia del viento, sobre todo en días de lluvia, además de una colorida iluminación que por la noche le confiere un aspecto moderno y alegre. Lo que muchas personas desconocen es que en esa ubicación estaban las antiguas cocheras de los tranvías, cuya entrada coincide con el inicio de la Avenida de Castelao.