Cada vez se ven más perros pequeños que se transportan metidos en carritos como los de los bebés y en mochilas. Algunas mochilas son transparentes -es el último grito-, y otras son como las escolares. En todos los casos el perro se muestra tranquilo, cómodo, confiado, observando lo que acontece a su alrededor.
Para muestra de lo que hablamos mostramos esta fotografía tomada en una céntrica calle de la ciudad de Vigo. La dueña quizá haya tomado prestada la mochila de sus hijos. En ese caso, lo que no sabemos es qué va a ocurrir cuando comience el curso y los niños la necesiten. O qué ocurriría si la dueña se olvida la mochila con el perro a la puerta de algún colegio y se lleva otra confundida.
Pero quizá eso nunca llegue a ocurrir porque en la era digital los libros y las libretas en papel tienden a desaparecer y dentro de poco los chavales ya no van a necesitar mochilas como estas, porque todo el conocimiento cabrá en una delgada tableta electrónica.