Hace casi un siglo, en 1926, el arquitecto Jenaro de la Fuente Álvarez terminaba uno de sus más emblemáticos edificios: La Peineta. Situado en la confluencia de las calles Urzaiz con Lepanto, el sobrenombre le viene de la columnata que corona su fachada. Encargado por el industrial Emilio Méndez, era el segundo de su carrera tras la casa de Eligio Prieto Iglesias, que construyó un año antes, en 1925, en Príncipe con fachada también a Policarpo Sanz.
Las fotos que abren este reportaje representan un boceto del edificio que estaba prácticamente inédito pues pertenece a la colección del Archivo Llanos, que se conserva en Ribadavia. A la derecha está la imagen de La Peineta ya terminada.
Jenaro de la Fuente Álvarez era hijo de Jenaro de la Fuente Domínguez, arquitecto municipal cuyo cargo heredó a la muerte de su progenitor. Y el nuevo miembro de la dinastía dejó también honda huella en la ciudad, en la que nació en 1891, hasta su fallecimiento en 1963.
De la Fuente Álvarez obtuvo su título de Arquitectura en Madrid en 1921, cuando contaba 30 años. De regreso a Vigo, se cuenta que sólo existían tres arquitectos en la ciudad: Jacobo Esténs Romero, José Franco Montes y Manuel Gómez Román. Curiosamente, se vivía uno de los grandes momentos de desarrollo local, con la sardinocracia en pleno apogeo y una alta demanda tanto de comercios como de fábricas o viviendas, además de conjuntos monumentales.
Tras el edificio de la calle del Príncipe y La Peineta, este arquitecto haría obras de mérito como la pérgola que ornaba la plaza de Portugal y que actualmente está situada en Bouzas desde 2005. También fue el autor del proyecto primigenio del estadio de Balaídos, sobre los terrenos que habían sido inicialmente adquiridos por la sociedad Stadium de Balaídos S.A., impulsada por el presidente de la Compañía de Tranvías, Joaquín Fontán. Aunque el primer proyecto técnico sobre los 35.000 metros cuadrados situados junto al río Lagares había sido realizado por Ricardo Mella Serrano, hijo de Ricardo Mella, el proyecto definitivo sería el de Jenaro de la Fuente Álvarez, con un presupuesto de un millón de pesetas, que incluía además del estadio, una pista de atletismo y siete pistas de tenis. El conjunto total tenía capacidad para 22.000 espectadores.
Asimismo, es suyo el diseño de la Escuela de Ingeniería Industrial, la antigua escuela de Peritos, que había nacido en el año 1901 como Escuela Superior de Industria y que a partir de 1941 encontraría su sede definitiva en la calle Torrecedeira.
En 1944, sería también el autor de la Escuela de Comercio, ya entregado a la arquitectura racionalista con tendencias regionalistas, muy del agrado de la burguesía de la época.
Dentro del racionalismo, Jenaro de la Fuente Álvarez dejaría una obra espectacular con el edificio Aurora Polar, situado entre las calles Urzaiz y República Argentina. Encargado por esta compañía aseguradora en 1959, destaca por sus terrazas voladas con formas curvas, las cristaleras inclinadas de la primera planta, los balcones y las piezas de gres azul que adornan el conjunto, en el que se insertan varias obras escultóricas realizadas por Camilo Nogueira, quien en la puerta principal representó a una familia protegida por el seguro. De algún modo, las barandillas de algunos de los pisos parecen simular un trasatlántico, de los cientos que cada año zarpaban con la emigración hacia América desde el puerto de Vigo.
La última gran obra de Jenaro de la Fuente Álvarez fue el Instituto Femenino Nuestra Señora de la Guía, más tarde rebautizado como San Tomé de Freixeiro, que fue inaugurado en la Gran Vía viguesa en el año 1962.
Así que, en los próximos años, comenzarán los centenarios de las grandes obras de Jenaro de la Fuente Álvarez, brillante continuador de la saga de arquitectos iniciada por su padre y que, en 1926, erigía el espectacular edificio de La Peineta.
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