Este mural está realizado en 2015 por el artista hiperrealista Marcos Puhinger en las escaleras que conectan la Rúa Rosalía de Castro con la Rúa Roupeiro, en la ciudad de Vigo.
A pocos metros de ese lugar estuvo el Restaurante Amarante, de grato recuerdo en la ciudad de Vigo. Y muchos años antes estuvo allí la que se conocía en el barrio como la tienda de Rosita, y un poco más abajo la carpintería de Pepe, y un antiguo lavadero que despareció con la urbanización del entorno.
Pero el motivo de destacar esta fotografía es María do Carme Kruckenberg (1906-2015), una intelectual gallega que además fue una mujer cosmopolita y liberal, pionera y adelantada a su época, con una gran cultura y una enorme sensibilidad, además de una gran inteligencia que le facilitó el autoaprendizaje de varios idiomas y varias disciplinas. Su madre era gallega y su padre de origen alemán, curiosamente afiliado a la Falange española, algo que contrastaba con ella, que era muy progresista.
A mediados del siglo XX vivió varios años en Argentina y allí tuvo la oportunidad de conocer a la intelectualidad, por ejemplo, a Jorge Luis Borges, de quien no tenía buen recuerdo porque lo veía altivo y endiosado y, según me contó en varias ocasiones, se dedicaba a beber de las fuentes de sus admiradores incondicionales atribuyéndose las ideas.
La obra de María do Carme Kruckenberg es muy extensa y abarca más de veinte poemarios, varias obras de narrativa, e incluso algunas traducciones, llegando a trabajar en una obra de teatro de Álvaro Cunqueiro. Llegó a ser vicepresidenta de la Asociación de Escritores en Lingua Galega y fue premiada con el Premio Alecrín, con la Medalla de Galicia, con la Medalla Castelao y con el Premio Laxeiro.
Tuve el privilegio de hablar varias veces con ella, de la que guardo un recuerdo inolvidable. La última vez que nos encontramos fue en un lugar tan poco poético como la gasolinera de la Praza de España, poco antes de su fallecimiento. Nos alegramos de encontrarnos y mientras ella esperaba a que le llenaran el tanque de su discreto utilitario me contó que preparaba un nuevo libro de poemas con el título “Arrepío”. No volví a verla nunca más. Pero la traigo aquí porque creo que bien merece un recuerdo y un reconocimiento colectivo porque ella es un auténtico referente de la lucha feminista.