A pesar de algunas protestas, el carril bici va consolidándose como una realidad en la ciudad de Vigo. Una realidad con grandes ventajas.
La primera, darle prioridad a los vehículos ecológicos, tanto eléctricos como de tracción humana, sin descartar que en un futuro aparezca alguno eléctrico con energía solar. La segunda, concienciar a la población de que la ciudad no puede ser engullida por los vehículos con motores de explosión y de combustión; la ciudad debe ser, ante todo, para los peatones; mucho más humana. Con el carril bici, los patinetes, que antes resultaban tan molestos cuando se desplazaban por las aceras sorteando a los peatones, también tienen ahora su espacio. Pero ese espacio también lo tienen los patines y los patinetes de los más pequeños. Ahí tenemos en la fotografía a una pequeña aficionada que va disfrutando de este carril, al mismo tiempo que su madre va protegiéndola de los peligros y para que aprenda a respetar las reglas del tráfico.