El centro comercial Vialia, de Vigo, avanza a gran velocidad para inaugurarse en Septiembre. La estación del ferrocarril ya está funcionando en su sótano y eso permite que los pasajeros y el público en general puedan entrar hasta la puerta de embarque.
La escaleras mecánicas se entrecruzan para bajar o subir las plantas, aún tapadas por lonas de obra, y en una de las plantas existe una sala con una enorme pantalla en la que se proyecta una infografía que da buena cuenta de cómo quedará el complejo cuando esté terminado. Sobra decir que los espacios comerciales se llenarán con las principales marcas, abarcando una amplia oferta de todo tipo.
La obra es importante, sin duda, pero convendría preguntarse qué va a ocurrir con el pequeño y mediano comercio —y también con el grande— cuando se inauguren esas instalaciones. Lo que va a ocurrir es lo equivalente —pero con una mayor dimensión— a lo acontecido en los años setenta cuando El Corte Inglés inauguró su centro de Gran Vía.
En aquellos años, con su apertura, muchos comercios terminaron cerrando sus puertas e incluso la histórica firma Cividanes, que justo había abierto las puertas de unas nuevas galerías en la Rúa Colón, terminó tambaleándose hasta que también desapareció.