La ciudad de Vigo es una ciudad que va llenándose de grafitis. Los hay de todos los estilos y tamaños cubriendo paredes y medianeras, incluso muchos de autoría desconocida. La relación actual ya es extensa y destacan muchas obras entre las que podemos mencionar, como ejemplos significativos, las de Nelson Villalobos en la plaza de la Rúa Martínez Garrido y en la Rúa Blein Budiño, y, sobre todo, el diseño de Antón Pulido para la Praza das Apertas, que incluye unos bancos formados por la palabra “apertas” y unos grandes murales llenos de color que inyectan energía positiva, como dice Bieito Ledo cada vez que los ve.
Sin embargo, ahora quizá vaya siendo hora de abrir las puertas a las obras escultóricas y de seguir apoyando la música y los recitales de poesía por calles y plazas. Vigo debe ser una ciudad abierta al arte en todas sus variantes y en todos sus rincones, eso la haría mucho más humana y cercana.