Esta imagen fraccionada por cortes verticales corresponde, en realidad, a un gran mural que decora la entrada de una empresa viguesa que ahora no viene al hilo mencionar. Lo que sí importa ahora es el significado de la imagen, un Vigo casi olvidado en el que destacaba el barrio marinero de O Berbés, con las casas casi en la orilla y los signos inequívocos de una vida sencilla que nada tiene que ver con este Vigo del siglo XXI. Posteriormente, los continuos rellenos para ganarle terreno al mar terminaron cubriendo la playa, y puede decirse que el progreso se la ha llevado por delante. Cada vez que se hacía un relleno se justificaba como necesario, uno detrás de otro, hasta que de toda esta imagen, prácticamente, sólo se conservan algunos soportales donde antaño se guardaban las barcas de los pescadores. Conviene recordar todo esto porque, de seguir al mismo ritmo, Vigo y O Morrazo llegarán a quedar conectados por carretera en linea recta. Tiempo al tiempo.