Hace ahora un siglo, en 1921, Vigo vivía una conmoción. Cientos de jóvenes vigueses embarcaban para combatir en la guerra del Rif, sólo meses después del Desastre de Annual, en el que casi 11.500 miembros del ejército español fueron masacrados por los combatientes del Rif comandados por Abd El-Krim. La despedida de los soldados del llamado Regimiento de Murcia, que era el que estaba acantonado en la ciudad, provocó escenas de dolor en el puerto y llenó durante semanas las páginas de los diarios, ante la preocupación por la suerte de los soldados.
Las imágenes del Archivo Llanos nos muestran los actos multitudinarios. Y, en la revista Vida Gallega, encontramos las fotos tomadas por los propios soldados desde las montañas del norte de Marruecos. También, las narraciones de insignes cronistas, como un joven Valentín Paz Andrade, que fue uno de los movilizados en aquella guerra.
La situación no podía ser más tensa hace ahora un siglo. Entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, las tropas de Abd El-Krim destrozaron al ejército español, encargado de gobernar el norte de Marruecos, en régimen de Protectorado, según el Tratado de Fez de 1920, que también adjudicó a Francia la zona sur. La opinión pública en España quedó conmocionada con aquel desastre y las imágenes de montañas de cadáveres de soldados carbonizados, vencidos por una guerrilla mal armada, provocaron un escándalo en el país.
Políticos y medios de comunicación clamaron venganza, y se decidió movilizar un ejército, en el que participó buena parte de la juventud de la época. Desde Vigo, el Regimiento de Murcia fue puesto en alerta ese mismo verano y, en septiembre y octubre, tras el alistamiento general de reclutas, se procedió a su embarque hacia el norte de África. Entre los expedicionarios, estaba por ejemplo casi todo el equipo del Vigo, el club de fútbol del que nacería el Celta, tras su fusión con el Fortuna. En ‘Vida Gallega’ encontramos las fotos de su portero Isidro y del jugador Ramón González en las montañas del Rif.
Ese año, Vigo suspendió las fiestas de verano y sólo salió la procesión del Cristo de la Victoria. El 28 de agosto, se celebra un homenaje a las fuerzas expedicionarias en el Campo de Granada, situado en la actual plaza do Rei. Más de quince mil vigueses participan en el solemne acto de despedida, mientras en el hotel Continental se celebra una comida de homenaje a los futbolistas del Vigo y del Fortuna que parten como soldados a África. Una crónica periodística les desea un pronto regreso, “después de ‘shootar’ certeramente con sus fusiles a la cabeza de los salvajes del Riff”. El macabro brindis nos sirve también para conocer de dónde viene el verbo futbolístico “chutar”: del inglés ‘to shoot’, ‘disparar’.
La despedida en el muelle transversal convocó a miles de personas que arroparon el embarque de los 1.200 soldados en el vapor Sorolla.
Durante ese otoño e invierno, las madres viguesas esperan con preocupación las cartas de sus hijos desde el frente de batalla ante la República Confederada de las Tribus del Rif. A comienzos del año 1922, la inquietud se torna en indignación y los periódicos comienzan a pedir que regresen las tropas. Para la opinión pública se hace poco entendible aquella guerra y leemos en ‘Faro de Vigo’ un editorial clamando por la vuelta de los jóvenes soldados, “cuya conducta heroica en las inhospitalarias tierras de Marruecos es bien conocida».
Mientras tanto, se suceden los envíos de material para los soldados, donado por empresarios y ciudadanos, que se embarca en buques hasta el puerto de Ceuta. Además, en una cuestación pública se reúnen cien mil pesetas, que la ciudad invierte en un biplano D.H. 4 Havilland, motor Rolls Royce, que se dona al Ejército, en una ceremonia en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos. Aquel avión fue bautizado como ‘Vigo’ y participó en bombardeos en las montañas rifeñas.
El 1 de mayo de 1922, la manifestación obrera por las calles de la ciudad se convierte en un alegato contra la guerra, con los sindicatos clamando por el regreso de las tropas. Cuando finalmente, en octubre, tras un año de campaña en Marruecos, el Regimiento de Murcia regresa a Vigo, el editorial del Faro resume: «No ha pasado un día durante vuestra ausencia que el pueblo de Vigo no haya dejado de pensar en vosotros».
Es la historia de Vigo en la Guerra del Rif, que cumple ahora un siglo y que conmocionó a los vigueses en aquel verano de 1921.
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