Tanto el buen propósito de ir al gimnasio, como el remordimiento por no acudir, cumplen ahora un siglo y medio. Porque en 1878 se inauguraba en Vigo la Sociedad Recreativa El Gimnasio, la primera de la ciudad que abría un establecimiento cerrado para practicar deporte y dotado con todos los aparatos para el ejercicio moderno.
La sociedad nace en 1878, con sus fundadores entre la gente pudiente y liberal de la ciudad. Su primer presidente fue Néstor Pardo Saavedra, quien había sido periodista además de juez en Lavadores. La primera sede estuvo en la calle Ramal (hoy Colón), para luego trasladarse a Príncipe, enfrente de la actual sede del Real Club Celta. La crónica de aquel 21 de noviembre destacaba que “un núcleo de jóvenes de la buena sociedad, alguno de los cuales habían visitado en el extranjero los primeros establecimientos de esta índole, tomó a su cargo la realización de este pensamiento».
Inventario de 1880
En sus salones se daban clases de gimnasia, para lo que se contrató al profesor Julián Agustín García, venido desde Madrid. Durante las fiestas de Vigo, desde el año1884, el Gimnasio organizaba una regata por la ría. Y se conserva un inventario de su material en 1880 que incluye pesas, argollas así como sables y floretes para practicar la esgrima.
También fue el Gimnasio pionera en el ciclismo, organizando la primera competición de este deporte en Galicia, en la Alameda de Vigo, en el año 1887. Además, consiguieron crear el Velódromo del Malecón, una rudimentaria pista que impulsó el ciclismo en la ciudad.
Batalla de las Flores
El Gimnasio se distinguió también por la organización de la llamada Batalla de Flores, que desde 1892 se convirtió en un clásico de los veranos vigueses con un vistoso desfile de carrozas por el centro de la urbe. Además, impulsó la creación del Cuerpo de Bomberos de la ciudad, para lo que el instructor, José Gamarra, se dirigió al Ayuntamiento en 1892 para ofrecerse. Poco después, una delegación de concejales y directivos del Gimnasio visitaban Oporto para conocer cómo se organizaban los bomberos portugueses y copiar el modelo en la urbe olívica.
El historiador Andrés Domínguez Almansa destaca en una monografía el papel que jugó el Gimnasio de Vigo en la formación de la Federación Gimnástica Española junto a otras asociaciones de Tarragona, Barcelona y Madrid.
Gerardo González Martín
Desapareció en 1936 en plena Guerra Civil, porque a la autoridad militar le molestó que el Gimnasio rindiese homenaje por su fallecimiento a uno de sus socios, el antiguo alcalde durante la República Enrique Blein Budiño. El investigador Gerardo González Martín afirma que se ordenó la liquidación de la sociedad y su absorción por el Centro de Hijos de Vigo en diciembre de aquel mismo año.
Pero el Gimnasio no sólo fue pionero en deportes. También fue uno de los primeros locales de Vigo donde se vendió cerveza. El cronista Xosé María Álvarez Blázquez recoge que la bebida a base de cebada comenzó a fabricarse en la ciudad en la misma época en que nacía esta sociedad cultural y deportiva: «Esta bebida fue considerada, al comienzo de su tímida divulgación, como un capricho de los jóvenes modernistas, tales como los socios del Gimnasio, que practicaban algunos deportes, fumaban (cuando era posible) tabaco egipcio y… bebían cerveza».
Robert Louis Stevenson
La primera rubia local fue comercializada por un ciudadano con nombre de personaje de Robert Louis Stevenson. Se llamaba Mr. Hyde (como el lado malo del Dr. Jeckyll) y así hablaban de su negocio en una crónica periodística de la época: «Es indudable que en nuestra hermosa ciudad se ha iniciado de poco tiempo a esta parte un gran movimiento en favor de la industria y los intereses locales; entre ellos se encuentra la fabricación de cerveza, emprendida por Mr. Hyde, quien acumulando una excelente clase de primeras materias para su elaboración, logró dar cima a una justa y honrosa competición con la cerveza del extranjero, tanto por su buen gusto como por el sprit del líquido, de fermentación completa y rematada».
Así que los señoritos vigueses que ya practicaban el ‘sport’, se refrescaban luego con esta rubia que parecía mucho más sofisticada que el tintorro que se servía en las tabernas.
Así que pronto se cumplirá un siglo y medio desde que en Vigo se puede ir al Gimnasio (o arrepentirse por no ir lo suficiente). Y la responsabilidad la tiene aquella sociedad recreativa que impulsó el mundo del deporte en Galicia durante casi cincuenta años.