La ciudadanía viguesa está acostumbrada a estas escenas, sin embargo, los foráneos, sobre todo los de tierra adentro, se sorprenden al encontrar una realidad que hasta ese momento sólo tenía cabida en sus sueños.
La fotografía está tomada desde lo alto de A Guía, en la ciudad de Vigo, en una tarde de un mes de abril que está resultando singular porque su climatología corresponde mucho más al verano que al invierno. En cambio, siguen presentes las brumas marinas, haciendo su aparición como un mágico manto misterioso que invita a soñar, a soñar con la Ría de Vigo y las islas Cíes al fondo.