«Ya es sabido que la odontología es rama joven de la ciencia. Albéitares y barberos se repartían el noble oficio de arrancar raigones, con aquellos fórceps y ganzúas tremebundas, que, más que instrumentos para sanar, parecían diabólicos ingenios de tortura. ¿Cuándo se establecieron en Vigo, de manera estable, los primeros dentistas? No lo sabemos a ciencia cierta, pero he aquí la noticia del paso por la ciudad de un profesional ambulante, según anuncia Faro de Vigo de este día:
“Mr. Teófilo, dentista de París.- Hallándose de paso en esta ciudad, tiene el honor de ofrecer sus servicios a las personas que gusten honrarle con su confianza. Hace las operaciones pertenecientes a la boca. Limpia y emploma los dientes por un nuevo método descubierto por él mismo, teniendo la propiedad de quitar el salpique de la saliva para facilitar una buena pronunciación, volviendo los dientes sanos. Extrae con la mayor prontitud dientes, sobre-dientes y raigones. Pone dientes de todas clases, a pistón, a culisa, de crapa, etcétera. Pone dentaduras completas.- Los precios moderados y la perfección de sus trabajos, que no dejan nada que desear, hacen esperar a este artista el agradecimiento del público.- Tiene preparados todos los elixires y polvos para la conservación de los dientes.- Opera gratis a los pobres.- Vive en la posada de Baladrón, calle de Sombrereros”. ¡Un verdadero artista debía ser aquel Mr. Teófilo! Pero Dios nos librará hoy de sus manos…
13 de abril de 1854. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Ediciones Monterrey, 1960).