Por un Real Decreto de esta fecha se ordenaba el nuevo traslado de la capitalidad de la provincia a Vigo, que ya había ostentado anteriormente, en el período constitucional de 1820 a 1823. En dicha disposición se alegaban “las notorias ventajas que reúne esta ciudad respecto de la villa de Pontevedra, bien a la importancia marítima y comercial que le da su posición sobre una ría la más capaz y segura de nuestras costas, bien a la mayor defensa, seguridad y comodidad que ofrece a los dependientes del Gobierno Civil, así como el más fácil y expedito despacho de los negocios, por hallarse reunidas en un mismo punto todas las autoridades del distrito y los consulados extranjeros, cuyas circunstancias motivaron ya su capitalidad en la época constitucional”. Por ello, continúa el Decreto, “se ha servido Su Majestad declarar a dicha ciudad capital de la provincia llamada hasta ahora de Pontevedra, y que en lo sucesivo se llamará Provincia de Vigo”.
Pero este Decreto no fue comunicado a las autoridades correspondientes en el momento oportuno, ni se llegó a darle publicidad oficial, y, mientras tanto, los pontevedreses obtuvieron su anulación. Volvió a la lucha el Ayuntamiento de Vigo, apoyado por el comercio local, pero ya el intento resultó infructuoso. Cuatro años más tarde, al socaire de las turbulencias políticas a que dio motivo la regencia de Espartero, los vigueses lograron hacer valer por breve tiempo su capitalidad, en un último y fugaz intento, que a poco desencadena una especie de guerra cantonal. Al lado de estas pugnas localistas, Tui, la antigua y rancia capital de la provincia, permanecía ya silenciosa iniciando su fatal letargo.
26 de mayo de 1879. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Editorial Monterrey, 1960).