Hubo una época en que Vigo no concebía una fiesta sin sus gigantes y cabezudos. Estas grotescas figuras destacaban entre la muchedumbre en ocasiones como los carnavales, el Corpus, la Reconquista o las celebraciones veraniegas en As Avenidas. Ahora, un estudio publicado en 2023 por el historiador Julio González Montañés revela la primera noticia sobre estos títeres gigantes en la ciudad, que aparecen documentados hace dos siglos.
Esta primera mención data de los festejos que, en 1823, se realizaron para celebrar la restauración absolutista de Fernando VII. Se trata de un hecho que, visto en perspectiva, resultó ignominioso para la ciudad, porque se le arrebató la capitalidad de su provincia, pero los vigueses de la época partidarios del rey Borbón se echaron entonces a la calle para hacer fiesta.
Funciones reales
El documento se titula “Manifiesto de las funciones reales celebradas en la ciudad de Vigo en los días 15, 16 y 17 de noviembre de 1823”, y el cronista lo narra de esta forma: “Se sabe la entrada de S.M. en la Corte, y se disponen las funciones más solemnes que forman la admiración de la provincia. Los gigantes anuncian el día 15 de noviembre, a las 12 del día, que conducen la música con voladores á recorrer todas las calles del pueblo y sus arrabales, admirándose la suma alegría y el contento general”.
Festividad del Corpus
En su exhaustiva investigación, el historiador González Montañés apunta que los gigantes tal vez surgieron en Vigo en la festividad del Corpus, por más que la primera noticia sea la de 1823 datada en otoño. “A partir de entonces las noticias sobre los gigantones vigueses se multiplican en la prensa”, afirma el investigador, que recuerda que estas figuras salían también a las calles en las fiestas del Cristo de la Victoria y de la Reconquista, “en las que han seguido saliendo, con algunas intermitencias, hasta la actualidad”.
Gira de cabezudos y gigantes
González Montañés ha encontrado anotaciones con salida de gigantes y cabezudos tanto en Vigo como en Bouzas, Lavadores y Matamá. Además, hay momentos curiosos, como las giras que los gigantes y cabezudos vigueses hicieron a veces a otras localidades, como cuando se desplazaron a Braga en 1896 para sus fiestas de Sao Joao.
Tal vez la imagen más antigua e icónica que se conserva de estos viejos monigotes festivos en Vigo sea la foto tomada por el portugués Aurelio de Paz Reis, que documentó en 1901 la visita que dos millares de vecinos de Oporto, Viana do Castelo y Barcelos hicieron a la ciudad olívica en junio de aquel año “para estrechar los lazos culturales y económicos entre Galicia y Portugal”.
Fortaleza de O Castro
En la imagen, vemos la fortaleza de O Castro al fondo, con una multitud de visitantes portugueses y dos gigantes en el lado derecho de la más que centenaria imagen.
“Los visitantes fueron recibidos por la pareja de gigantones de la ciudad y Aurelio da Paz Reis, uno de los pioneros del cine en Portugal, los inmortalizó en una fotografía en el monte del Castro, rodeados por los visitantes portugueses”, recuerda en su investigación el historiador vigués González Montañés.
Cree el investigador que la revitalización de estas figuras en las fiestas de finales del siglo XIX y comienzos del XX, y que tienen un antiquísimo origen, pudo deberse a la inmensa popularidad que alcanzó la zarzuela “Gigantes y cabezudos” de Miguel Echegaray y Manuel Fernández Caballero, estrenada en 1898 y que en un solo año tuvo más de mil quinientas representaciones por toda España.
Documentada en 50 concellos
Así que hubo una época en que no había fiesta en Vigo sin sus monigotes gigantes y sin las grotescas figuras de los cabezudos, una tradición presente en más de un centenar de países de la Tierra y que en Galicia está documentada en más de ciento cincuenta concellos. Uno de ellos fue la ciudad olívica, que inmortalizó el pionero Aurelio de Paz Reis y que ahora redescubre en un completo trabajo el historiador vigués González Montañés.