Es bien sabido que, desde el balcón, “non hai solución”. Vigo ha sido siempre una ciudad de manifestaciones, que en 2014 batió su propio récord con 1.050 registradas, casi tres diarias. Pero la ciudad no sólo sale a la calle para protestar, como lo demuestra la Batalla de Flores, un desfile popular que ya animaba la Porta do Sol a finales del siglo XIX y que alcanzó su cénit en los años 60 del siglo pasado. En fotos históricas de Ángel Llanos, datadas hace un siglo, en los años 20, encontramos el testimonio de aquellas batallitas en que los pétalos llovían desde los balcones.
Vigo celebraba desde antiguo la Batalla de Flores, que de hecho está documentada en noticias desde 1892, cuando el 14 de agosto el desfile terminó en Porta do Sol, con las calles abarrotadas y la sociedad recreativa El Gimnasio aportando seis lujosas carrozas. La banda de música municipal y la del Regimiento de Murcia amenizaron la fiesta, mientras desde los balcones engalanados se lanzaban pétalos sobre el público.
Volvemos a encontrar la fiesta en otros años, como en 1925, cuando ya se incorporan los automóviles, con 40 coches decorados, entre ellos el del fotógrafo Luis Ksado, que había convertido su vehículo en una especie de “saltamontes”.
En la Batalla de Flores de 1962, el 31 de julio desfilaron catorce carrozas por el centro de la ciudad, tanto de particulares como de empresas. El diario El Pueblo Gallego señala que siete de las comparsas participantes se movilizaron desde Ourense. Bajo el lema “Cuentos de hadas”, el primer premio recayó en la comitiva del Círculo Mercantil de Vigo.
Encontramos fotografías aún más antiguas, del desfile de 1926, realizadas por el fotógrafo Ángel Llanos, que se conservan en el Museo Etnográfico de Ribadavia, de titularidad estatal y gestionado por la Xunta de Galicia. El Concello de Vigo nunca cerró un acuerdo para hacerse con esta colección, que recoge buena parte de la historia viguesa, aunque al menos ahora es de titularidad pública.
Entre las fotografías, vemos la carroza con un vehículo Ford T que pasa junto al concesionario local con el rótulo: “Venta y servicio: Lincoln Ford. Coches, camiones y tractores”. Tres chicas miran a cámara, todas con vestidos blancos y tocados de flores.
Otra de las imágenes muestra la Batalla de las Flores a su paso por el comercio “España y sus Colonias”, en la esquina de las calles Policarpo Sanz con Velázquez Moreno. Vemos una carroza que representa el avión “Plus Ultra”, con un niño en la cabina con gafas de aviador, mientras dos mujeres aparecen vestidas con unas alegorías de las repúblicas de Argentina, con su sol radiante, y del Brasil, con una estrella.
Como curiosidad, en una foto de la carroza del “Plus Ultra” aparece de fondo el edificio Rubira, una joya del arquitecto Jenaro de la Fuente, levantado a finales del siglo XIX y derruido en 1967 para construir la sede bancaria que hoy ocupa el BBVA en el cruce entre las calles Colón, Policarpo Sanz y García Barbón.
La revista ‘Blanco y Negro’ se hizo eco de la Batalla de Flores de aquel año 1926 en Vigo, aunque ilustró su reportaje con imágenes de Pacheco.
En junio de 2005, volvió a celebrarse la batalla de Flores, al igual que en años sucesivos hasta 2008, con la organización a cargo de la Federación de Peñas Recreativas ‘El Olivo’. La fiesta decayó posteriormente, como ha sucedido en otros periodos desde que se inició esta tradición a finales del siglo XIX.