Pero esa transformación no se ha limitado al embellecimiento, sino también a la puesta a punto de diferentes elementos para adaptarlos a las nuevas tecnologías. La parte de la Avenida de las Camelias que transcurre desde la Plaza de la Independencia hasta la Plaza de América se ha dotado de unas singulares farolas de diseño que funcionan con leds, reduciendo el consumo eléctrico y el mantenimiento, además de conferirle imagen agradable y espectacular. Otro ejemplo es algún paso de peatones que podemos encontrar en la Avenida García Barbón, donde una tira de luces led dispuestas en la acera funciona al unísono con los semáforos, facilitando la información visual para los viandantes. Está claro que Vigo evoluciona como una ciudad moderna y propia del siglo XXI, y eso debe ser un motivo de orgullo para sus ciudadanos.