Las luces de la Navidad de Vigo han sido un auténtico éxito, y mucho más grande para los de fuera de la ciudad que para los propios residentes, un poco aturdidos de tanta gente, de tantas luminaria y de tantas atracciones de feria. El evento navideño ha sido un éxito tan grande que ha generado cientos de puestos de trabajo y millones de euros, sobre todo en el sector hostelero. Hay que reconocer, una vez más, que el alcalde ha conseguido poner a Vigo en el mapa.
Sin embargo, muchas personas -propias y extrañas- ya tildan a la Navidad de Vigo como Vigolandia, una especie de parque temático lleno de luces de colores donde hay puestos y atracciones de todo tipo. A los vigueses también les gusta ese éxito que se traduce en trabajo y beneficio, pero Vigo es algo más que las luces y las atracciones de Navidad: Vigo es la industria derivada del mar, Vigo es su puerto pesquero y de mercancías, Vigo es la industria del automóvil y sus empresas satélites, Vigo es su comercio…
Ahora que se apagan las luces y se recogen los adornos no debe olvidarse que Vigo es mucho más que sus luces de Navidad y del Vigolandia, de ese parque temático que ahora se apaga un año más, porque Vigo sigue existiendo más allá de las fechas navideñas, porque a este paso vamos camino de olvidarlo.