Se hacía llamar Alfredo Thomas y hablaba un fluido castellano, aunque con un extraño acento sudamericano. Decía trabajar en la American Line, una consignataria y agencia de viajes situada en el centro de Vigo. Pero en realidad era Walther Giese, el jefe de los espías nazis en Galicia durante la Segunda Guerra Mundial.
Su historia aparece relatada por él mismo en documentos desclasificados recientemente por los Estados Unidos. Se trata de los interrogatorios a los que fue sometido en Berlín en 1945, cuando prefirió entregarse a los aliados antes que arriesgarse a ser capturado por los soviéticos. Y su relato constituye hoy en día la mejor narración de cómo funcionaba la tupida red de espionaje en Vigo tejida por el III Reich.
En el dossier completo, los oficiales americanos encargados de su interrogatorio anotan que Galicia “era vital a causa de los barcos de todo tipo que pasaban por sus dos principales puertos, Vigo y A Coruña”. También señalan que en cabo Finisterre había estacionado permanentemente un agente alemán, encargado de controlar el paso de buques. El informe también afirma que Galicia “se había convertido en un centro de tensión adicional entre el Eje y los aliados, que pugnaban por el control de la producción española de wolframio”.
En otro punto del documento, que descargamos de los National Archives de Washington, apuntan cómo “en 1943 el sujeto fue transferido desde Espionaje a Contra-Espionaje de la Inteligencia Militar y su destino como espía nazi pasó de Madrid a Vigo. En esta ciudad él estaba continuamente en una posición de observar las actividades de las agencias del espionaje Aliado, particularmente británico“.
Nacido en Silesia
Giese había nacido en Silesia en 1893 y buscó fortuna emigrando a los Estados Unidos, donde trabajó como vendedor hasta que, con el estallido de la I Guerra Mundial, se vio obligado a alistarse en la marina de guerra alemana hasta que terminó como prisionero en Gran Bretaña. Liberado en 1919, emigró luego a Argentina y, más tarde, a Holanda. Ya en 1934, con Hitler en el gobierno, fue contactado por un agente del servicio secreto nazi, pero decidió declinar la oferta de convertirse en espía. Así que regresó a América y se estableció en Ecuador durante tres años, hasta que regresa a Alemania e ingresa en la Abwehr (‘Defensa’), la inteligencia militar del Reich, dirigida por el célebre almirante Wilhelm Canaris.
Aprovechando sus contactos en el Cono Sur, es destinado de regreso a Ecuador. En Quito, su fachada era la de secretario de la embajada alemana, pero bajo el nombre clave ‘Greif’ vigiló barcos y tejió una red de informadores, una experiencia que luego trasladaría a Galicia. Además, su labor despertó las simpatías del gobierno ecuatoriano, que le concedió la Orden Nacional al Mérito en Grado de Caballero, por sus “servicios especiales al país”. Pero la prensa opositora lo señalaba como el ‘Führer del Partido Nacionalsocialista de Ecuador’, hasta que, temiendo una reacción aliada contra estas ‘amistades peligrosas’, el gobierno ecuatoriano decidió expulsarlo del país en enero de 1942.
Coloniz nazi en Buenos Aires
Desde aquí, Walther Giese pasa a Buenos Aires, donde fue acogido por la fuerte colonia nazi hasta que consiguió un salvoconducto para regresar al puerto de Hamburgo en mayo de 1942.
De nuevo en Berlín, el espía se considera ya ‘quemado’ para seguir prestando servicio en Sudamérica, pero su dominio del castellano le abriría las puertas de otro destino mucho más jugoso. En España se integra en la KriegsOrganitation Spanien (KOSp), con sede central en Madrid. Su nombre en clave pasa a ser ‘Nordmann’. Pero se hace llamar Alfredo Thomas, identidad con la que viaja al País Vasco para supervisar el embarque de nazis hacia Sudamérica o realiza actividades de contraespionaje. Muy pronto su destino más ambicioso será Galicia, donde es destinado a Vigo, el puerto más estratégico para los intereses nazis en la península Ibérica en la Segunda Guerra Mundial.
Submarinos U-boot
En Vigo, está fondeado el tanquero alemán Vessel, utilizado para abastecer a submarinos U-boot del alimirante Doenitz, que hacen escala frecuente en su ría. También hay una nutrida colonia alemana, con su Colegio Alemán y su sede local del Partido Nacionalsocialista (NSDAP), incluyendo una sección de las Juventudes Hitlerianas que, por ejemplo, realizan excursiones a las islas Cíes cantando vivas al Führer, como recoge la prensa de la época. En Vigo se está preparando una red de escape y conexión con América. Y, sobre todo, este puerto es estratégico para la canalización del wolframio, metal que viaja desde las minas gallegas hasta Alemania para alimentar a la industria bélica del Reich. Por todas estas razones, la ciudad es un hervidero de espías alemanes y aliados.
Entre las funciones en Vigo que confiesa en los interrogatorios, se cuenta perseguir a cualquier judío que intente salir de España con destino a América por este puerto. Y vigilar los planes de los espías británicos y norteamericanos, que siguen el tráfico de buques y cualquier noticia de la contienda, como cuando el submarino alemán U-760 es internado en la ría de Vigo y su tripulación evacuada.
Destinado a A Coruña
Más tarde, en julio de 1943, Walther Giese es destinado a A Cruña, donde consigue, gracias a los registros de los hoteles, un listado de los británicos y estadounidenses de paso por Galicia, lo que servirá para identificar a los espías destacados en el país. Pero un año más tarde, la situación de los agentes nazis en España se hace muy complicada por las presiones de la embajada de los Estados Unidos, que amenaza a Francisco Franco incluso con una invasión si no deja de auxiliar a Hitler en su propio territorio. Finalmente, Giese y otros espías son expulsados en octubre de 1944, tras lo que se incorpora al servicio de espionaje naval en Berlín.
Al final de la guerra, en 1945, Walther Giese se entrega a los estadounidenses, que lo conducen a su Centro de Interrogatorios en Berlín, donde canta sin ningún pudor, revelando las identidades de todos los agentes alemanes que conoció y relata durante un mes y medio las actividades del KOSp.
En los papeles que encontramos en los National Archives de Washington, el responsable del interrogatorio, el mayor Frederick Sternberg, resalta que el detenido ha sido “absolutamente cooperativo”.
Cambio de identidad
Esta es la última pista sobre el misterioso Walther Giese. Tras su detallada confesión, desaparece de los archivos. Se supone que fue liberado por los aliados y es probable que, una vez más, cambiase su identidad. En su etapa en Vigo, tuvo relación con agentes como Karl August Vorkauf, reclamado por los aliados tras la contienda. O Meino Von Eitzen, agente nazi quien llegó a estar detenido en la localidad balnearia de Caldas de Malavella. Fueron algunos de los muchos a los que el franquismo protegió, dándoles amparo tras la guerra e impidiendo que fuesen capturados por los aliados y llevados a juicio en Alemania. También es posible que utilizase la red de evacuación de nazis desde Vigo hacia América, en cruceros de la compañía naviera Aznar, con casos comprobados como el del criminal miembro de la Gestapo Walter Kutschmann, que huyó a Argentina tras pasar un tiempo escondido en la ciudad con identidad falsa.
En cualquier caso, tampoco hay fotografías que ayuden a identificar a Walther Giese. Su futuro, después de aquel ilustrativo interrogatorio de cinco semanas en Berlín, en 1945, seguirá siendo un misterio.
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