Los tiestos se amontonan unos sobre otros y surge una de preguntas que se hace el observador: cómo pueden regarse tantas plantas estando todas tan amontonadas. Seguramente, cuando llega ese momento, el agua va fluyendo desde las que están más arriba hasta las que están en la posición inferior. Y si el agua va a acompañada de algún fertilizante, la de más arriba saldrá ganando, una situación muy parecido a lo que ocurre con la riqueza humana, que los de arriba siempre salen ganando y a los de abajo sólo les llegan las sobras.