Tal como se puede observar en la fotografía, ha perdido parte de su color como consecuencia de la luz solar y de las agresiones meteorológicas. En algún tiempo constituyó una demostración pública de amor. Quizá fuera una chica declarándose a un chico o un chico declarándose a otro en una época en la que ya nadie se cohibe. Quién sabe. Y quién sabe, también, si aquel amor fue correspondido en algún momento. Sea como fuere, la pintada ha quedado como una muestra de lo que su autor o autora prometía: “Yago TK M”, que interpretamos como “Yago te quiero mucho”, o como “Yago te quiero” seguido de un nombre que comienza por la letra M. En la actualidad, la pintada pasa inadvertida para los peatones y para los alumnos de un colegio cercano en el que posiblemente estudiara alguno de sus protagonistas. Y ahora, al cabo de tantos años, cuando los protagonistas ya habrán tenido tiempo de experimentar la cruda realidad de la vida, los dos juntos o cada uno por su parte, nos preguntamos si ese amor sigue tan vivo como entonces o si, por el contrario, habrá quedado incluso olvidado.