En él, el primer edil vigués pronóstico “cuatro años extraordinarios” gracias a su “mayoría absolutísima”, la que le otorgaron los ciudadanos el pasado 26 de mayo con el 67% de los votos y tres actas más de las 17 que ya tenía. “El avance será inmenso y Vigo será imparable como no lo fue nunca”, anunció Caballero ante un salón lleno de público y de medios de comunicación locales, regionales y nacionales.
En su discurso de investidura, el alcalde se comprometió a hacer todo lo posible para “responder a la confianza” depositada en las urnas en las elecciones locales, en las que sumó el mayor respaldo obtenido nunca en una gran ciudad desde el fin de la dictadura. Para ello, como señaló, contará con la ayuda de la Deputación de Pontevedra y la Zona Franca de Vigo. Y quién sabe si dentro de un año de la Xunta de Galicia.
Un Caballero muy enfático repasó de carrerilla los logros de sus tres mandatos anteriores. En todos los ámbitos. No se dejó nada atrás. La economía, el empleo, la política social, el turismo, las inversiones… Y en una intervención llena de aplausos también dio cuenta de los proyectos que hay en marcha.
No obvió los recados a sus enemigos políticos. Por decir que Vigo va mal, por cambiar la lista de concejales tras las elecciones o por el agravio comparativo que siempre atribuye a la Xunta de Galicia. Aunque recibió algún grito puntual desde el público, el alcalde acabó aclamado por sus seguidores, que al igual que en las urnas eran mayoría en el auditorio municipal.
Tras agradecer a su equipo el trabajo realizado, del que deriva este éxito político, Caballero reiteró la premisa que le viene acompañando desde que llegó al poder, incluso antes de que Donald Trump acuñara el dicho: “¡Lo primero, Vigo! “Viva Vigo”, gritó propiciando que sus fieles se pusieran en pie para aplaudirle y agarrar el bastón de mando por cuarta vez consecutiva.
La oposición, preparada
En una situación atípica, por la escasez de número y por la presencia de muchas caras nuevas –sólo Rubén Pérez repite-, la oposición lanzó sus propuestas para el nuevo mandato. El nuevo portavoz del PP de Vigo, Alfonso Marnotes, que cambió el registro de Muñoz al expresarse en gallego, anunció un “trabajo al servicio de Vigo” con el objetivo de “poner soluciones a los problemas” de la gente. “Estamos preparados para proponer iniciativas”, advirtió el líder ‘popular’, que repasó todos los ámbitos en los que debe crecer la ciudad.
Marnotes pidió sumar a Vigo al grupo de ciudades inteligentes, a hacer caso a la pluralidad de la sociedad viguesa, a promover el turismo, bajar los impuestos, reducir la burocracia para atraer empresas, aumentar el suelo industrial, ganar población, implantar políticas que mejoren los precios de la vivienda, aprobar el PXOM o a gobernar con una perspectiva de género.
Por su parte, Rubén Pérez, que inició su intervención enviando un mensaje de apoyo a los bomberos de Vigo, que se concentraron en la Praza do Rei antes del pleno para protestar por su mala situación laboral, reclamó que el Concello de Vigo recupere la normalidad democrática permitiendo que los grupos de la oposición puedan presentar más mociones y se les facilite la documentación que soliciten.
El portavoz de Marea de Vigo también pidió que el nuevo mandato sirva para recuperar la gestión del abastecimiento de agua y del transporte público al concluir las concesiones de Aqualia y Vitrasa, y se remunipalicen así estos servicios como han hecho otras ciudades españolas de tamaño semejante al de Vigo. Asimismo, solicitó que se ponga fin a la “evidente” diferencia existente a la hora de invertir en las parroquias y en el centro, donde además hay que volver a gastar dinero a los pocos años al deteriorarse las humanizaciones realizadas.
Finalmente, Xabier Pérez Igrexas, otro debutante, reiteró su solidaridad con los bomberos de Vigo y avisó al alcalde de que no confunda “la mayoría absoluta como un cheque en blanco” y le llamó a tener en cuenta que la Corporación Municipal es ahora “más plural”.
El edil del BNG pidió a Caballero que no gobierne para las 100.000 personas que le votaron sino para los 300.000 vigueses y que no pase el “rodillo” como “el PP en el Parlamento de Galicia”. Además, exigió ampliar las miras políticas al decir que “Vigo no puede ser sólo Dinoseto, luces de Navidad o humanizaciones”. Con todo, anunció una oposición constructiva: “No venimos a mazar en Abel Caballero sino en los problemas de la gente”.
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